Con la llegada de los primeros calores primaverales, no solo nos quitamos la ropa si no que nuestros pies también quieren estar al aire libre. Pero claro, después del invierno hay que prepararlos para que estén perfectos. De eso vamos a hablar hoy, de poner nuestros pies a punto para quitar los zapatos y ponernos ya las sandalias.
Para comenzar, pondremos el pie a remojo con agua templada a la que le habremos añadido previamente unas gotitas de esencia de romero y árbol del té. A continuación, limamos todas las durezas, callos del pie y alrededor de las uñas.
Exfoliamos, intensamente todo el pie, y parte de la pierna sin llegar a la rodilla pero si que cogiendo el tobillo e introducimos de nuevo el pie en el agua para retirar los restos del exfoliante.
A continuación, aplicaremos una buena crema hidratante en todo el pie y el tobillo, envuelto todo con nuestra parafina que realiza la función de película oclusiva que hace que los poros se dilaten, para que la crema penetre muchísimo mejor. Retiramos la parafina y realizamos un buen masaje con aceites enriquecidos con esencias, podemos utilizar las mismas que se han puesto en el agua. Empujamos las cutículas, y las cortamos si vemos que lo necesitan, y si no, simplemente con empujarlas tenemos bastante. Realizamos un pequeño masaje en cada uña y en cada dedo con el aceite anterior.
Para finalizar, decoramos las uñas, las pintamos del color de moda o hacemos una pedicura francesa, del mismo color que las uñas de las manos. Bueno aquí ya a gusto de cada uno, eso sí, si vemos las uñas con poco color muy amarillas que se descaman, antes de pintar siempre tratarlas con el producto adecuado. Y pisa fuerte, con esos pies tan bonitos, sobre todo cuidados y sanos.
