Es muy frecuente, que después del verano, los cuidados de los pies pasen a un segundo plano.
Esto no tiene que ser así ya que el pie, tiene que ser cuidado todo el año, los zapatos, las medias, calcetines, zapatillas, etc… que no dejan al pie respirar, lo mantienen húmedo por más tiempo y aparece el mal olor y los hongos, las uñas se encarnan, sobre todo el pie del diabético, este tiene que ser cuidado con mucho tacto y esmero.
Empezaremos siempre desmaquillando bien la uña y poniendo el pie a remojo con unas gotitas de esencia del árbol del té y unas gotitas de jabón neutro en agua templada. Mientras se tienen los pies a remojo, cortamos las uñas que estarán blanditas, y los iremos exfoliando con un buen producto específico para ello. Primero un pie, y al terminar con uno seguimos con el otro, colocando el anterior en el agua, de la que iremos vigilando la temperatura para que no se enfríe.
Retiramos el exfoliante y ponemos un poco de crema en las cutículas para empujarlas (es mejor empujar que quitar, ya que esta protege la uña). Masajeamos muy bien el pie y los dedos, y ponemos una mascarilla o parafina para que la crema penetre y suavice el mismo pie. Retiramos la mascarilla o la parafina y volvemos a realizar un masaje con crema o con aceite, al que podemos añadir una gotas de esencias.
Ahora, si queremos, nos podemos pintar las uñas. Yo os recomiendo que utilicéis algún producto para endurecer las uñas de los pies que con el paso de los años se vuelven blandas y se engrosan así la temporada que no enseñamos las uñas las vamos cuidando para la llegada del verano que lucirán con salud, estando muy bonitas.
Después de la ducha o el baño, aplicamos la crema hidratante como hacemos con el resto del cuerpo, y para un cuidado más intenso (cayos, duricias, etc…) acudir a un profesional.
Creo que es imprescindible mantener un pie sano, cuidarlo y mimarlo mucho. Me ha gustado mucho este post.
muy buen articulo 🙂