Los profesionales de la belleza, tenemos que ser muy escrupulosos a la hora de diagnosticar una piel, saber muy bien las características, para ofrecer cremas y tratamientos acordes con sus necesidades.
Hay establecimientos y profesionales de los mismos, que con un curso básico de diferenciación de pieles realizan diagnósticos para vender la crema que mejor se adapte a sus necesidades, estos, dividen las pieles en tres grupos, secas, grasas y mixtas.
Esto se queda muy corto, ya que las pieles pueden tener muchas características diferentes a las clasificaciones básicas.
Hay que tocar la piel, su textura, su grosor, su respuesta a la presión, si se recupera rápidamente después de tocarla… esto, nos va a proporcionar una serie de pistas para recomendar la crema que realmente se adapte a ella.
Una piel seca, puede tener falta de grasa y estar deshidratada, por lo que, le buscaremos una crema con base de aceite muy grasa que le proporcione agua y evite que la propia se evapore, el ácido hialurónico y la urea son buenos principios activo para este tipo de piel.
También nos podemos encontrar con una piel seca que tiene granitos, nunca hay que tratarla como grasa, lo que haríamos sería estropear la piel con agresivos astringentes que la secan todavía más, en este caso hay que preguntar a la cliente cuando le aparecen estos granitos ( ¿cuando tiene la regla? ¿En temporadas de stress?) y así buscar una crema menos grasa, que aporte agua. En este tipo de piel van muy bien los productos de limpieza jabonosos y los aceites esenciales.
Hay pieles grasas que tienen sed, les sobra grasa pero les falta agua, dilema para poner un buen remedio, las hidratantes básicas sin grasa y los productos jabonosos, van estupendamente para su limpieza.
Ser escrupulosos a la hora de diagnosticar una piel, ser profesionales, aplicar vuestros conocimientos de años de trabajo, harán que se note la profesionalidad y el saber hacer.