Si buscas una rutina de cuidado de la piel que combine la eficacia con la suavidad, la cosmética de lavanda podría ser tu mejor aliada.
En este artículo, exploraremos los múltiples beneficios de la lavanda en productos cosméticos, revelando cómo esta flor encantadora puede transformar tu régimen de belleza. Exploraremos sus múltiples beneficios para la piel, sus diferentes usos y cómo incorporarlo a tu rutina diaria de cuidado facial y corporal.
El aceite esencial de Lavanda: de dónde proviene
Su aroma floral y fresco te transporta a un campo de lavanda en Provenza. El aceite esencial de lavanda, obtenido por destilación, concentra las propiedades de esta flor en un elixir de belleza único.
Origen y cultivo de la Lavanda:
Su nombre científico es “Lavandula Angustifolia”. Se cultiva principalmente en climas mediterráneos como España, Italia, Francia Bulgaria o Estados Unidos.
Se cosecha durante la floración, a finales de la primavera y principios de verano. Si te interesa saber cómo se extraen los aceites esenciales 100% natural, puedes consultar nuestro post en el blog de Ana Mandara.
Propiedades cosméticas de la Lavanda:
Equilibra el pH:
Ideal para pieles grasas y mixtas: El aceite esencial de lavanda ayuda a regular el pH de la piel, equilibrando la producción de sebo y combatiendo la aparición de acné.
Reduce el brillo facial: Su acción astringente reduce el brillo facial característico de las pieles grasas, matificando el cutis y mejorando su textura.
Previene los brotes de acné: Sus propiedades antibacterianas previenen la proliferación de bacterias que causan el acné, combatiendo los brotes y mejorando la salud de la piel.
Calma irritaciones:
Alivia quemaduras solares: El aceite de lavanda posee propiedades calmantes y antiinflamatorias que alivian el dolor y la irritación producidos por las quemaduras solares.
Reduce la inflamación: Su acción antiinflamatoria también es efectiva para calmar picaduras de insectos, eccemas, psoriasis y otras irritaciones cutáneas.
Aporta frescor y confort: Su aroma fresco y relajante proporciona una sensación de frescor y confort a la piel irritada.
Regenera y cicatriza:
Favorece la renovación celular: El aceite de lavanda estimula la renovación celular, lo que ayuda a mejorar la textura y el tono de la piel.
Acelera la cicatrización de heridas: Sus propiedades regeneradoras aceleran la cicatrización de heridas, quemaduras y cortes, minimizando la formación de marcas.
Atenúa las estrías: Su acción regeneradora también puede atenuar las estrías y mejorar la apariencia de la piel.
Hidrata y nutre:
Aporta hidratación profunda: El aceite de lavanda penetra en las capas más profundas de la piel, proporcionando una hidratación duradera y combatiendo la sequedad.
Fortalece la barrera cutánea: Sus propiedades nutritivas ayudan a fortalecer la barrera cutánea, protegiéndola de las agresiones externas.
Recupera la elasticidad: El aceite de lavanda aporta a la piel la elasticidad que necesita para lucir firme y tersa.
Retrasa el envejecimiento:
Su acción antioxidante: El aceite de lavanda contiene antioxidantes que combaten los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro.
Reduce las arrugas y líneas de expresión: Sus propiedades regeneradoras estimulan la producción de colágeno y elastina, mejorando la firmeza y elasticidad de la piel.
Protege del daño ambiental: Su acción antioxidante también protege la piel del daño ambiental causado por la polución, los rayos UV y otros factores externos.
El secreto de una piel radiante: Aceite de lavanda para cada tipo de piel:
El aceite de lavanda es un ingrediente natural y versátil que ofrece una amplia gama de beneficios para todo tipo de piel.
Recuerda realizar una prueba de alergia antes de usar el aceite de lavanda en tu piel.
El aceite de lavanda es un ingrediente natural y versátil que ofrece una amplia gama de beneficios para todo tipo de piel.
Piel grasa:
Regula el exceso de sebo: Gracias a sus propiedades astringentes, el aceite de lavanda ayuda a equilibrar la producción de sebo, combatiendo la oleosidad y previniendo la aparición de acné.
Reduce los poros dilatados: Su acción astringente también ayuda a minimizar el tamaño de los poros dilatados, mejorando la textura de la piel.
Piel seca:
Aporta hidratación profunda: El aceite de lavanda penetra en las capas más profundas de la piel, proporcionando una hidratación duradera y combatiendo la sequedad.
Recupera la elasticidad: Sus propiedades regeneradoras ayudan a mejorar la elasticidad de la piel, previniendo la aparición de arrugas y líneas de expresión.
Piel sensible:
Calma irritaciones y rojeces: El aceite de lavanda posee propiedades calmantes y antiinflamatorias que ayudan a aliviar irritaciones, rojeces y picores, brindando una sensación de confort a la piel.
Reduce la inflamación: Su acción antiinflamatoria también es efectiva para combatir la inflamación y el enrojecimiento causedos por eccemas, psoriasis o rosácea.
Piel madura:
Reduce arrugas y líneas de expresión: El aceite de lavanda contiene antioxidantes que combaten los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro.
Promueve la renovación celular: Sus propiedades regeneradoras estimulan la renovación celular, mejorando la textura y el tono de la piel.
Usos del aceite de lavanda en el cuerpo:
Aceite de masaje:
Relaja los músculos: Su acción antiespasmódica y relajante alivia la tensión muscular, ideal para después del ejercicio o para combatir el estrés y la fatiga.
Combate la rigidez: Sus propiedades antiinflamatorias reducen la rigidez y la inflamación muscular, mejorando la flexibilidad y movilidad.
Promueve el sueño: Un masaje con aceite de lavanda antes de acostarse puede favorecer un sueño profundo y reparador.
Consulta aquí cuáles son los 10 mejores aceites para masajes.
Exfoliante corporal:
Elimina las células muertas: Mezclado con azúcar o sal marina, el aceite de lavanda crea un exfoliante natural que elimina las células muertas, dejando la piel suave, tersa y luminosa.
Previene la piel de gallina: Su acción exfoliante también ayuda a prevenir la aparición de la piel de gallina y otras imperfecciones.
Aporta un aroma agradable: El aroma relajante de la lavanda permanece en la piel después de la exfoliación.
Baño relajante:
Agrega unas gotas de aceite esencial al agua de la bañera para disfrutar de un baño aromático, calma el estrés y mejora el estado de ánimo.
Crema y leche corporal:
Hidrata y nutre la piel: El aceite de lavanda penetra en las capas más profundas de la piel, proporcionando una hidratación duradera y nutriendo la piel agrietada y seca.
Suaviza la piel: Sus propiedades emolientes dejan la piel suave, tersa y flexible.
Protege la piel: La acción antioxidante de la lavanda protege la piel de los radicales libres y del daño ambiental.
Baños de parafina para pies y manos:
Hidrata y repara la piel: Los baños de parafina con aceite de lavanda hidratan, reparan y suavizan la piel de pies y manos.
Alivia el dolor: Sus propiedades antiinflamatorias ayudan a aliviar el dolor articular y muscular.
Fortalece las uñas: La lavanda también ayuda a fortalecer las uñas y prevenir su fragilidad.
Cómo incorporar la lavanda a tu rutina diaria:
Limpieza facial:
Mezcla unas gotas de aceite de lavanda con tu limpiador facial habitual para eliminar impurezas y maquillaje de forma suave y natural. Puede mezclarse con agua leche limpiadora, jabón o espuma.
Tónico facial:
Diluye unas gotas en agua y aplícalo con un algodón sobre el rostro para tonificar, refrescar y equilibrar el pH de la piel.
Crema hidratante:
Agrega unas gotas a tu crema hidratante facial o corporal para potenciar sus propiedades y obtener una piel más hidratada y nutrida.
Mascarilla facial:
Puedes preparar mascarillas caseras con arcilla verde, miel o yogurt natural y añadir unas gotas de aceite de lavanda para obtener un tratamiento calmante, hidratante y purificante.
Aceite de masaje:
Diluye el aceite de lavanda en un aceite portador (como aceite de almendras o jojoba) y úsalo para disfrutar de un masaje relajante y beneficioso para la piel.
Baño relajante:
Agrega unas gotas de aceite esencial de lavanda a tu bañera para disfrutar de un baño caliente y relajante que te ayudará a aliviar el estrés y conciliar el sueño.
Precauciones y recomendaciones a la hora de usar el aceite 100% esencial de lavanda:
Realiza una prueba de alergia antes de usar.
Evita el contacto con los ojos y las mucosas.
No lo uses durante el embarazo o la lactancia sin consultar a tu médico.
Mantén el aceite fuera del alcance de los niños.
Preguntas frecuentes sobre el aceite de lavanda en cosmética (FAQs):
1- ¿Cómo puedo usar el aceite de lavanda en mi rutina de belleza?
Puedes usarlo de diferentes maneras:
Añade unas gotas a tu crema hidratante o aceite corporal.
Prepara un baño relajante con unas gotas de aceite de lavanda.
Crea una mascarilla facial casera con arcilla verde y aceite de lavanda.
Utiliza un difusor de aceites esenciales para disfrutar de su aroma mientras te cuidas la piel.
2- ¿Dónde puedo comprar aceite de lavanda?
Puedes comprarlo en tiendas naturistas, farmacias, herbolarios y online. Asegúrate de elegir un aceite de lavanda puro y de alta calidad. Te recomendamos la tienda online de Ana Mandara, puedes echar un vistazo a todos sus aceites esenciales.
3- ¿Puedo usar el aceite esencial directamente en la piel?
Se recomienda diluir el aceite esencial de lavanda en un aceite portador, crema neutra o agua antes de aplicarlo en la piel para evitar posibles irritaciones.
El aceite de lavanda es un ingrediente natural con un sinfín de beneficios para la belleza. Su aroma relajante y sus propiedades cosméticas lo convierten en un aliado indispensable para una piel radiante y saludable.
Recuerda:
- Busca un aceite de lavanda puro y de alta calidad para obtener los mejores resultados.
- Comienza con pequeñas cantidades y aumenta gradualmente según tu tolerancia.
- Disfruta del aroma y la experiencia sensorial que te ofrece la lavanda.