La sal, el azúcar, la harina blanca o el arroz son alimentos que forman parte de nuestra dieta habitual y que en los últimos tiempos están generando muchas preguntas y dudas que vamos a tratar en este artículo.
Estos alimentos, antes de llegar a la mesa, pasan por unos procesos químicos y físicos que hacen que su aspecto sea atractivo a la vista pero los convierten en un pequeño veneno para nuestra salud. Se pueden encontrar en la actualidad en tiendas especializadas y no tan especializadas sin pasar por los procedimientos que los blanquean y los refinan.
- La sal: La sal marina pura, sin refinar, y la sal de las montañas contienen 84 elementos minerales. Tienen la misma composición que la sangre humana, es decir, la sal sin refinar nos proporciona estos 84 elementos minerales que al pasar por el refinamiento y blanqueado desaparecen, dejando solo el cloruro sódico que es tóxico para nuestro organismo.
- El Azúcar: El azúcar blanca es una sustancia química pura. Ya que al refinarla elimina todos los extractos vegetales de la caña de azúcar y de la remolacha de la que se extrae. Eliminan la fibra y las proteínas de dichas plantas, y los elementos químicos que utilizan para blanquearla hacen que durante el proceso desprendan dióxido de carbono que después ingerimos. El azúcar blanca refinada no contiene absolutamente nada, ni minerales, ni fibra, ni vitaminas, ni proteínas… podríamos decir que su contenido principal son calorías vacías.
- Harina blanca refinada y el arroz blanco refinado: dejan todas sus propiedades en la cáscara que los recubre. Las fibras minerales, proteínas y vitaminas se pierden en la cáscara que los recubre. Esa cáscara es una fuente estupenda de vitaminas del grupo B que se asimilan muy fácilmente en el intestino y además ayudan al bolo fecal a deslizarse mucho mejor y a evitar el estreñimiento.
Consumiendo alimentos no refinados también nos saciamos antes, es decir, comiendo menos estas mejor nutrido y no engordas tanto.
Con este artículo no queremos despreciar estos alimentos sino que pretendemos concienciar para que los consumamos sin pasar por procedimientos químicos y físicos que destruyen lo que la naturaleza les ha proporcionado para nuestro beneficio y salud.
Consumamos alimentos en el estado más natural posible, casi todos los procedimientos a los que se someten para ponerlos más bonitos los llenan de toxinas y les quitan vitaminas.